Nacido durante la DinastÃa XVIII de Egipto, bajo el nombre de Nefer-Jeperu-Ra Amen-Hotep, serÃa conocido como Amenofis IV al ascender al trono en el año 1372 a.C., tras la muerte de su padre: Amenofis III.
Su reinado durarÃa tan solo 20 años, aunque serÃa conocido por las controversias culturales y religiosas que llevó a cabo durante el mismo. Durante el cuarto año de su reinado sustituye el culto religioso a Amón por el del dios solar Atón. Al mismo tiempo cambia su nombre por Akhenatón, en honor a su nuevo dios.
Este cambio de culto tuvo un trasfondo polÃtico, ya que el clero de Amón habÃa alcanzado el techo del poder polÃtico. Para continuar con su revolución, abandona Tebas y traslada la capital de Egipto a una zona central del paÃs y la bautiza con el nombre de Akhet-Atón (actualmente conocida como Tell el-Amarna). Como Ãcono del Dios, Akhenatón elige el disco solar del cual se desprenden rayos que portan el anj cuando se dirigen hacia el faraón o su esposa.
La nueva religión instaurada es de tendencia monoteÃsta y simple. Atón estaba presente en todas las cosas y se le brindaban ofrendas directamente, no siendo necesario acudir al templo. Akhenatón era pontÃfice y profeta de Atón, sólo él conocÃa, interpretaba y transmitÃa su doctrina a los discÃpulos. Esta nueva fe estaba caracterizada por el amor la naturaleza, el pacifismo y la alegrÃa de vivir. Para reafirmar la nueva religión, Akhenatón se dedica a perseguir la religión de Amón, destruyendo todo cuanto recordara al viejo dios.
El cambio introducido por el faraón provoca conflictos con el antiguo clero, por lo cual Akhenatón (convencido por su madre, la reina Tiy) trata de alcanzar una reconciliación. Dicho acto provoca conflictos con su esposa Nefertiti. Para calmar los ánimos, nombre corregente a su yerno Semenkhkare.
Debido a sus tendencias pacifistas, los hititas configuran una alianza en contra de Egipto y amplÃan sus territorios sin encontrar resistencia por parte de los egipcios. De esta manera, el pueblo hitita toma posesión de parte de Siria y Palestina.
La respuesta vendrÃa de mano de Horemheb (general egipcio), quien realiza una campaña en Palestina con gran éxito logrando mantener el poder de Egipto sobre la zona meridional de Asia.
La polÃtica pacifista de Akhenatón dejarÃa al pueblo egipcio en una gran crisis de poder y soberanÃa, lo que serÃa contrarrestado durante el reinado de Ramsés II.
Siguiendo con la tradición faraónica, Akhenatón tuvo varias esposas, aunque su favorita siempre fue la reina Nefertiti, quien podrÃa haber sido prima suya. Nefertiti es conocida por su gran belleza y por ser la responsable de que la figura de la esposa real alcanzara cotas nunca antes vistas. Llegó a ser corregente junto a su marido y fue la seguidora más ferviente del culto a Atón. Akhenatón y Nefertiti tuvieron varias hijas, entre las que podemos nombrar a : Meritatón (quien luego se convertirÃa en esposa de Akhenatón, para conservar la pureza de la sangre), Meketatón, Anjesenpaatón (quien también se convertirÃa en esposa de su padre y faraón), Neferneferuatón, Neferneferura y Setepenra.
La segunda favorita del faraón serÃa Kiya. Esta reina serÃa una figura casi fantasmal, de la que poco se sabe. Sin embargo, hay egiptólogos que afirman que Kiya serÃa la madre del rey-niño Tutankamón (sucesor de Akhenatón).
Se desconocen las causas de la muerte de Akhenatón, aunque se cree que padecÃa el sÃndrome de Marfan, lo que explicarÃa la prematura muerte de sus hijas y las caracterÃsticas fÃsicas.
Debido a su polÃtica interna y externa, la muerte de Akhenatón no fue lamentada por la antigua clase dirigente. Su sucesión fue algo problemática. Tras la muerte del faraón su esposa Nefertiti hace uso de todos los poderes que habÃa adquirido como corregente, cambia su nombre por Anjjeperura-Semenejkara y asume el poder de Egipto. Esto durarÃa aproximadamente un año.
Tras la muerte de Nefertiti la corona pasa al rey-niño Tutankamón, quien parece ser el único hijo varón de Akenatón.