Era el dios de los muertos, hijo de Cronos y de Rea y hermano de Zeus y Poseidón. Obtuvo el poder del mundo subterráneo después de que junto a sus hermanos se repartiera el universo tras haber derrotado a su padre. Le correspondió la peor parte por ser el hermano menor de la familia. Allà vivÃa de forma feroz y despiadada junto a Perséfone, raptada del mundo superior como única forma de Hades de romper su celibato. Al contrario de lo que parece lógico, pues no habÃa plegaria que le aplacara, no era demasiado maligno. La versión romana de Hades, Plutón, era más benigna porque se le consideraba el dador de las riquezas del mundo.
El mundo de los muertos también recibe el nombre de Hades. Estaba dividido en dos regiones: Erebo, donde los muertos entran en cuanto fallecen y Tártaro, la región más profunda, famosa por ser morada eterna de los titanes. Era un lugar tétrico, oscuro y funesto, habitado de formas y sombras incorpóreas y custodiado por Cerbero, el perro de tres cabezas y cola de dragón y que Heracles pudo capturar. HabÃa horrendos rÃos que separaban el Hades de la tierra por los que se pasaba conducidos por el anciano Caronte. En algún lugar de toda ese tétrico mundo se situaba el palacio del dios Hades, con muchas puertas, y lúgubres almas deambulantes. En los infiernos se juzgaba la actuación de los muertos y se decidÃa su destino: el ElÃseo para las buenas almas y el Tártaro para las malvadas.