Era la hermana gemela de Apolo y por lo tanto hija de Zeus y Leto. Según la leyenda, Hera, la esposa de Zeus, castigó por celos a Leto impidiéndola dar a luz en cualquier lugar de la tierra, pero Poseidón se apiadó de ella y le reveló la situación de la isla de Delos, que hasta entonces habÃa estado sumergida bajo el mar. Asà pues, Leto pudo dar a luz a Artemisa, y después a Apolo, ayudada por la primogénita. Controlaba a los dioses de la caza y los animales salvajes, sobre todo el oso y también era la diosa de la naturaleza y de las cosechas. A ella se le ofrecÃan los primeros frutos recolectados. Además, se la consideraba diosa de la luminosidad lunar, por lo que estaba muy ligada a Selene.Debido a su dedicación al arte de la caza, llegó a decirse de ella que acabó por volverse insensible a las "delicadas inclinaciones propias de su sexo".
ProtegÃa la juventud femenina pero durante la guerra de Troya impidió la salida de los barcos griegos hasta que no se le ofreció en sacrificio a una joven, Ifigenia, que sin embargo, parece que fue rescatada en el último momento por ella misma.
Iba armada con flechas con las que castigaba a los que la ofendÃan ya desde muy pequeña, pues habÃa pedido tales armas a su padre. En las atribuciones de su deidad se encuentran ciertas incongruencias, pues, al tiempo que era diosa de la caza, protegÃa a los animales, sobre todo a los ciervos; y, si bien fue una diosa virgen, y tal virtud defiende en numerosos mitos, protegÃa los partos, proporcionando una muerte dulce a las muchachas que morÃan dando a luz y cuidaba del crecimiento de los niños. De hecho, las mujeres embarazadas, sobre todo en Roma, le rendÃan culto con ofrendas de flores y guirnaldas, invocándola bajo el nombre de Lucina. Curiosamente, otras fuentes afirman que los griegos creÃan que Artemisa era la responsable del fallecimiento de las parturientas y de la muerte súbita de los bebés, siendo de este modo madres e hijos castigados por haber perdido la virginidad.
Por otro lado, Artemisa tenÃa cierto poder sobre las aguas, sobre todo las termales, sobre los rÃos, los estanques...
Artemisa rechazó a todos los pretendientes que tuvo, entre ellos Endimión y Acteón (aunque sólo algunas versiones entienden que ésto fue asà y otras establecen castigos para estos personajes pero por otros motivos), y por eso se le dio el sobrenombre de casta.
Aunque llegó a sentirse atraÃda en cierta forma por Orión, según algunas leyendas, si bien otras indican que lo mató porque éste intentó poseerla. Su participación en mitos relacionados con la castidad, el amor o las relaciones sexuales es muy numerosa, como vemos en las leyendas de Calisto, o Hipólito, entre otras.
Su séquito de ninfas, con el que se entretenÃa en bailar cuando no se dedicaba a la caza, tenÃa completamente vetadas las relaciones sexuales. Parece ser que esta aversión por la sexualidad fue fruto de haber sido consciente de todo su propio parto y haber ayudado a su madre en el nacimiento de su hermano gemelo Apolo, lo que hizo tener un gran pavor hacia los dolores del nacimiento.
Artemisa era sumamente vengativa, y procuró la muerte o el castigo cruel de todos aquellos que no le rendÃan los tributos oportunos, como Meleagro; se jactaban de superarla en belleza, como Chiome; se burlaban de sus seres queridos (su madre, fundamentalmente), como resultó el caso de NÃobe; o, en general, llevaban a cabo algo no de su agrado.
Entre sus templos, casi siempre construidos cerca de arrollos y manantiales, destaca el Templo de Artemisa en Efeso, considerado como una de las siete maravillas del mundo antÃguo.
Artemisa portaba siempre un carcaj y un arco y estaba acompañada de un jaurÃa que tapaba sus desnudas piernas. SolÃa llevar una media luna en la frente e ir vestida de cazadora. Artemisa destacaba por ser mucho más alta que las ninfas que la acompañaban. Además, muchas veces se la representa con el pelo recogido y un pecho descubierto.
Como curiosidad cabe reseñar que el arco de Artemisa era de oro, mientras que el de su hermano Apolo era de plata.