El Océano

El Océano, la personificación del gran río circular que rodeaba toda la tierra habitada según la cosmogonía griega, representaba las aguas primordiales de las cuales surgió toda vida y hacia las cuales todo regresaría al final de los tiempos. Como titán ancestral, hermano y esposo de Tetis (no confundir con la nereida), Océano precedía incluso a Poseidón en antiguidad y poder sobre las aguas. Su cuerpo serpenteante formaba la frontera entre el mundo conocido y las regiones misteriosas habitadas por monstruos y maravillas.

Océano era padre de todos los ríos del mundo y de las tres mil Oceánides, ninfas que presidían fuentes, manantiales y corrientes menores. Su influencia se extendía sobre la navegación de larga distancia, especialmente aquellos viajes que llevaban a exploradores más allá de las Columnas de Heracles hacia aguas desconocidas. Los marineros más audaces le ofrecían libaciones antes de adentrarse en sus dominios, pues su favor determinaba si encontrarían nuevas tierras prósperas o se perderían para siempre en sus corrientes infinitas. También controlaba las mareas extremas y fenómenos oceanográficos inexplicables.

Mitos y leyendas

Durante la Titanomaquia, Océano se mantuvo neutral en el conflicto entre titanes y olímpicos, lo que le permitió conservar su dominio ancestral sobre las aguas cuando Zeus reorganizó el cosmos. Heracles navegó sobre una copa dorada proporcionada by Helios para cruzar las aguas de Océano durante su décimo trabajo, buscando el ganado de Gerión en los confines occidentales del mundo. Los argonautas también navegaron por sus corrientes durante su retorno desde Cólquide, experimentando las corrientes misteriosas que conectaban todos los mares.