Eolo era el dios de los vientos, nieto de Hépotas, y vivÃa en la isla flotante de Eolia con sus seis hijos y sus seis hijas. Zeus le habÃa dado el poder de aplacar y provocar los vientos y Eolo los tenÃa encadenados en un antro profundo, donde los gobernaba con absoluto dominio, apresándolos o liberándolos a su antojo con una actitud despótica, que, sin embargo, era muy necesaria porque todos los vientos en libertad podrÃan provocar graves desastres en el cielo, la tierra y las aguas. Eolo era en gran parte responsable del control de las tempestades, y los dioses, sabedores de ello, le imploraban su ayuda como hizo Hera para impedir que Eneas desembarcase en Troya.
También ayudó a Odiseo (Ulises) que lo visitó para solicitarle ayuda en sus expediciones. Eolo lo trató muy bien, y le dio un viento favorable, además de un odre que contenÃa todos los vientos y que debÃa ser utilizado con cuidado. Sin embargo, la tripulación de Odiseo, creyó que el odre contenÃa oro y lo abrió, provocando graves tempestades. La nave terminó de nuevo en las costas de Eolia, pero el dios se negó a ayudarles de nuevo. Eolo es representado empuñando un cetro como sÃmbolo de su autoridad, y rodeado de turbulentos remolinos, los Vientos, cada uno de los cuales era un dios.