Empédocles
Empédocles de Acragante (c. 490-430 a.C.) fue un filósofo, poeta y político griego, considerado uno de los pensadores presocráticos más influyentes. Nacido en la próspera ciudad siciliana de Acragante, se caracterizó por su personalidad carismática y sus ideas revolucionarias sobre la naturaleza del cosmos.
Teoría de los cuatro elementos
Su contribución más perdurable a la filosofía fue la teoría de los cuatro elementos fundamentales: tierra, agua, aire y fuego. Según Empédocles, toda la materia del universo estaba compuesta por estas cuatro "raíces" eternas e inmutables, que se combinaban en diferentes proporciones para formar todos los objetos y seres vivos.
Esta teoría influyó profundamente en el pensamiento posterior, siendo adoptada por Aristóteles y manteniéndose como base de la física y la medicina durante más de dos mil años. Empédocles propuso que estos elementos se unían y separaban bajo la acción de dos fuerzas cósmicas: el Amor (Philotes) y la Discordia (Neikos).
Las fuerzas cósmicas
Para Empédocles, el Amor era la fuerza que unía los elementos, creando armonía y vida, mientras que la Discordia los separaba, generando caos y destrucción. El universo pasaba por ciclos eternos donde ora predominaba una fuerza, ora la otra, en un proceso de unificación y separación constante.
Esta cosmología cíclica explicaba tanto la formación de los mundos como su destrucción, anticipando conceptos que reaparecerían en filosofías posteriores. Durante los períodos de dominio del Amor, se formaban seres perfectos y armoniosos; bajo la Discordia, surgían criaturas monstruosas y deformes.
Teorías sobre la percepción
Empédocles desarrolló una sofisticada teoría de la percepción basada en la idea de que "lo semejante conoce a lo semejante". Según esta doctrina, podemos percibir los objetos externos porque nuestros órganos sensoriales contienen los mismos elementos que componen dichos objetos.
Propuso que todos los cuerpos emiten "efluvios" o emanaciones que encajan en los poros de nuestros sentidos, como una llave en su cerradura. Esta teoría influyó en las ideas posteriores sobre la visión y la percepción sensorial, manteniéndose vigente hasta el desarrollo de la óptica moderna.
La figura legendaria
Empédocles cultivó conscientemente una imagen de sabio casi divino, vistiendo túnicas púrpuras, sandalias de bronce y una corona dorada. Sus seguidores lo consideraban un taumaturgo capaz de controlar los vientos, curar enfermedades y hasta resucitar muertos.
La leyenda más famosa sobre su muerte cuenta que se arrojó al cráter del Etna para demostrar su naturaleza divina, esperando que su desaparición sin rastro confirmara su ascensión a los cielos. Sin embargo, el volcán habría devuelto una de sus sandalias de bronce, revelando la verdad sobre su destino mortal.