El origen de las primeras tribus persas data alrededor del año 1400 a.C. en lo que hoy conocemos como Irán. Pero permanecieron como una pequeña nación durante casi un milenio, en parte debido a la crueldad de la civilización Asiria que atacaba cruelmente a sus vecinos en Mesopotamia y sus alrededores. Fue en el año 559 a.C. cuando el rey Ciro de Persia de la dinastÃa Aqueménida, tomó el trono y habiendo caÃdo ya el imperio Asirio, todo cambió para Persia.
Derrotaron a los medos, a quienes antes rendÃan tributo, y aunque se convirtieron en los nuevos amos, permitieron a los medos una cierta autonomÃa. El imperio persa conquistó Babilonia y se expandió por toda Mesopotamia, Asia Central e incluso Ãfrica, incluyendo a Egipto, conformando uno de los imperios más extensos hasta la época. Las naciones conquistadas, si bien se resistÃan inicialmente, terminaban asumiendo e incluso alabando el gobierno persa, pues practicaban unas polÃticas muy abiertas y desconocidas hasta la fecha. PermitÃan que las naciones tuvieran una cierta independencia económica y que sus propios habitantes siguieran ocupando altos cargos. En algunos sitios incluso actuaban como libertadores, como con el pueblo de Israel. Tan solo Egipto se mantuvo siempre reticente a la dominación persa y vivió un periodo de liberaciones, ayudados por Grecia, y nuevas dominaciones de los persas.
Como ya se ha dicho, los persas practicaban polÃticas abiertas y eran muy hábiles en este campo y en la diplomacia. Aprovechando el separatismo griego en ciudades-estado, alimentaban los enfrentamientos y rivalidades entre éstas para mantener su dominio. Esto era necesario, porque si bien los ejércitos persas eran los más numerosos conocidos hasta entonces, solamente los inmortales (guardia personal del rey) eran una unidad militar de élite, mientras que el resto era un ejército poco unido y heterogéneo procedente de todas las naciones absorbidas por el imperio. Esto contrastaba con la larga tradición militar y la disciplina de los ejércitos griegos, que eran capaces de detener contigentes persas muy superiores en número.
Al año siguiente de la Batalla de las Termópilas, Esparta encabeza a 30.000 griegos en una batalla en Platea, comenzando el declive del imperio, que conclurirÃa cuando Filipo I de Macedonia, y posteriormente su hijo, Alejandro Magno, unirÃan a todos los griegos e invadirÃan el imperio persa.