Perseo es un semidios de la mitologÃa griega, asà como uno de los más famosos héroes. Su padre fue Zeus, y su madre Dánae. También era nieto de Acrisio, rey de Argos.
Aunque el más conocido, es el de su enfrentamiento con Medusa, Perseo es protagonista de varios capÃtulos de la mitologÃa griega.
La vida de Perseo es marcada por la leyenda y la mitologÃa desde su inicio
Dánae era la hija de Acrisio, y la niña de sus ojos, hasta que un buen dÃa, un oráculo le vaticinó a Acrisio, que en el caso de tener un nieto, morirÃa a sus manos.
Atemorizado, Acrisio decide encerrar a Dánae, en lo alto de una torre, dentro de una jaula de bronce, para asà poder evitar que hombre alguno la tocase.
Sin embargo Zeus, que era muy enamoradizo, queda prendado de la princesa, y convirtiéndose en una lluvia dorada, desciende sobre la torre y se cuela en la jaula, dejando embarazada a Dánae. Asà nace Perseo.
Perseo sobresale por su belleza, pero además es un niño muy escandaloso y rebelde, por lo que Dánae, a pesar de sus denodados esfuerzos, no consigue ocultarle por mucho tiempo. Pronto Acrisio lo descubre, y decide que la mejor solución es deshacerse de ambos, pero como no reúne suficiente valor para matarles, los encierra en una caja, y encomendándoselos a los dioses, los arroja al mar. De este modo, si mueren, serÃa por voluntad de los dioses, y no por culpa suya. Pero Zeus no permite que sus hijos mueran tan fácilmente, por lo que les hace llegar a la playa de la isla de Sefiros, donde reina Polidectes. Una vez allÃ, son acogidos por Dictis, hermano de Polidectes, y Perseo termina considerándole como a un padre.
Zeus no se habÃa quedado prendado de Dánae por casualidad, sino porque su belleza era realmente increÃble. Tanto es asÃ, que el rey Polidectes, entre otros, también termina enamorándose de ella, lo que empieza a generar conflictos de intereses, puesto que empieza a intentar conquistarla.
Pero Perseo, que ya no es un niño, protege a su madre de Polidectes constantemente. El rey entonces, le ve como un obstáculo para sus propósitos y urde un plan: "decide contarles a todos, que en realidad quiere conquistar a la princesa Hipodamia, amante de los caballos". Para conquistarla, todos sus súbditos prometen regalarle un caballo, y finalmente le pregunta a Perseo, cual serÃa su regalo. Asà que Perseo, que era valiente y orgulloso sorprende a todos diciéndole que le regalarÃa la cabeza de la Gorgona Medusa, y Polidectes se maravilla ante la posibilidad de librarse para siempre de Perseo.
Las Gorgonas, eran tres hermanas: Eurilae, Esteno y Medusa. Sólo Medusa es mortal de entre las tres, pero todas son seres terribles con serpientes por cabellos, y con una mirada capaz de petrificar (convertir en piedra) a aquellos incautos que se les acercan.
Al dÃa siguiente, todos los caballeros se presentan con un caballo, sin embargo Perseo no tenÃa nada, y antes de pasar vergüenza prometer llevar otro él también. Sin embargo, Polidectes le reclama el regalo prometido: la cabeza de Medusa.
Zeus, compadeciéndose de su hijo, decide ayudarle, y les pide a Atenea y a Hermes, que le auxilien. Atenea le dio un gran escudo para protegerse y le dio consejos, y Hermes le regaló una espada con la que pudiera cortar la cabeza de Medusa.
En la primera etapa de su viaje, Perseo decide ir a visitar a las Grayas. Éstas son tres brujas, nacidas con aspecto de ancianas, con un mismo ojo y un mismo diente, que comparten pasándoselo de una a otra. El ojo nunca descansa y el diente lo usan para devorar a los incautos. Para conseguir que le den la información que quiere, Perseo les roba el ojo y el diente, justo en el momento en el que se lo intercambian, puesto que son más vulnerables. Esto provoca terribles alaridos de las Grayas, suplicando su devolución y Perseo accede sólo a cambio de información sobre el escondrijo de Medusa.
Ya de camino, Perseo se encuentra con las náyades, y consigue varios objetos divinos más: el casco de Hades, que vuelve invisible a quien lo posee, las sandalias voladoras de Hermes, y Atenes le obsequia con la hoz de Cronos (con la que cortó los testÃculos de su padre, Urano).
Asà pues, Perseo llega preparado a la residencia de las Gorgonas, donde estas duermen junto a las vÃctimas petrificadas. Motivado por Atenea, Perseo utiliza su escudo como protección y como espejo, librándose del hechizo petrificante y atacando a Medusa a través de la imagen reflejada, con lo que finalmente consigue cortarle la cabeza. De la sangre de Medusa, nace un caballo alado: Pegaso.
De regreso a Sefiros, para salvar a su madre de Polidectes, Perseo se fija en una bella joven, que está encadenada en una roca, junto al mar. Cuando intenta saber quien es, el rey de la zona, Cefeo, le cuenta que es su hija Andrómeda. Su madre, Casiopea, se ha jactado de ser más bella que las nereidas, y como castigo, Poseidón les ha enviado una bestia marina, llamada Ceto, que amenaza con destruir el paÃs.
Perseo, prendado de la muchacha, promete dar muerte al monstruo si se le concede la mano de Andrómeda. Para ello, deja caer al mar la cabeza de Medusa, y el monstruo queda petrificado, convirtiéndose en coral.
Una vez en Sefiros, y con Dictis y Dánae refugiados en un templo del acoso de Polidectes, Perseo se presenta ante el rey, pero toda la corte se rie a carcajadas, incrédulos de que haya cumplido su misión. Es entonces, cuando Perseo, mirando hacia otro lado, y saca la cabeza de medusa para mostrársela a todos, quedando petrificados con la misma expresión de incredulidad en la cara.
ConcluÃda la misión, Perseo devuelve todos los objetos que los dioses le habÃan dado, y le regala a Atenea la cabeza de medusa, que decide incorporarla a su escudo.
Perseo decide regresar a Argos junto a su abuelo, pero cuando este se entera, decide salir huyendo, temeroso de que haya llegado el momento de que se cumpla la profecÃa. Aunque no lo encuentra, Perseo se entera de que su abuelo está en Larisa, presenciando unos juegos olÃmpicos, por lo que decide ir, y una vez allà le convencen para participar.
En la prueba de lanzamiento de disco, Perseo realiza un desafortunado lanzamiento que termina golpeando en la cabeza a su abuelo Acrisio, matándole y cumpliéndose asà la profecÃa.
Dado que Perseo no guardaba ningún rencor a su abuelo, y no tenÃa intención de matarlo, el remordimiento le hace renunciar a su reino, y decide intercambiarlo con su tÃo. Una vez hecho esto, construye la ciudad de Micena, en el que él y su familia reinarán con honor y sabidurÃa durante generaciones.
Perseo tuvo hasta seis hijos, todos con Andrómeda. Los cinco varones: Perses, Alceo, Heleo, Méstor, Esténelo y Electrión. Y una hija llamada Gorgófone.