Está considerada como una de las siete maravillas del mundo antiguo, junto con las Pirámides de Gizeh (Egipto), el Templo de Artemisa en Efeso (Grecia), la Estatua de Zeus en Olimpia (Grecia), el Mausoleo de Halicarnaso (Persia), el Gran Faro de AlejandrÃa (Grecia) y El Coloso de Rodas (Grecia).
Los historiadores no se ponen de acuerdo acerca del constructor de los Jardines. Algunos los atribuyen a la reina SemÃramis, regente de su hijo Adadnirari, quien se suicidó al enterarse que su hijo conspiraba contra ella.
Otros historiadores aseguran que fueron construidos por Nabucodonosor II como un regalo para su esposa Amytis, hija del Rey de los Medos. Amytis añoraba los paisajes de su tierra, tan distintos de la tierra yerma que rodeaba Babilonia.
Nabucodonosor hizo construir terrazas que abarcaban unos 19.600 metros cuadrados de superficie. Las terrazas, sostenidas por arcos de 6 metros de largo, alcanzaban una altura de 90 metros, aproximadamente.
Los Jardines estaban situados junto al palacio del rey, cercano al rÃo Éufrates, el cual era utilizado para el riego del mismo. Su ubicación era tal que permitÃa a los viajeros contemplar su belleza, aún sin acceder al reino.
En la zona más alta de las terrazas, se ubicaba un depósito de agua que nutrÃa un sistema de irrigación que fluÃa a través de los Jardines. El agua es elevada hasta el depósito a través de la construcción de una noria. Este miniecosistema creado por Nabucodonosor contenÃa, sobre todo, humedad y calor, lo que permite a plantas y árboles traÃdos desde varios puntos de la tierra mantenerse en constante floración. Se cree que utilizaban cultivos hidropónicos como técnica de irrigación, aunque no se tienen pruebas fehacientes de ello.
Bajo las arcadas se ubicaban los aposentos que utilizaban los soberanos durante sus visitas a los jardines.
Ya no quedan rastros de los Jardines que provocaron la admiración de todos los habitantes de la época. Hacia el año 539 a. C. los persas conquistan Babilonia iniciando su decadencia. En el año 326 a. C. Alejandro Magno visita la ciudad, casi en ruinas en ese momento, quedando asombrado ante la belleza de la construcción. La destrucción total de Babilonia ocurre hacia el año 125 a. C., fecha en que Evemero conquista la ciudad y la incendia, destruyendo tanto la ciudad como los Jardines.
Gracias a excavaciones arqueológicas recientes, se pudo saber que el Palacio de Babilonia se encontraba en el actual territorio de Iraq. Se descubrieron, también, unas construcciones abovedadas con paredes gruesas al noroeste del palacio, lo que se supone eran Los Jardines Colgantes de Babilonia.